miércoles, 5 de octubre de 2016

LA CASA DE LAS SIETE CABEZAS


Corría el año 1640 y gobernaba la ciudad de Málaga Don Pedro de olavarria como alcalde Mayor, persona cuyo rostro de extrema seriedad hacia contraste con el risueño y extremadamente bello de su esposa, la que de alegre se pasaba y de la que en toda la ciudad se murmuraba tuvo amoríos con


Don Álvaro de torres, mancebo ilustre, pendenciero, de arrogante figura y muy estimado de las damas de alta alcurnia de la sociedad malagueña.
Cierta tarde de primavera hallábase Don Álvaro en el corral de las comedias, junto al Santuario de la Victoria, cuando llego el Alcalde Mayor con su bella y joven esposa, o como la llamaban los vecinos de la ciudad la “Alcaldesa”.
Era costumbre en todos los actos donde aparecía el Alcalde al entrar este, que las personas allí presente y los espectadores, por obligación o hábito, permanecían de pie y descubiertos en tanto que la autoridad no se sentaba en su sillón presidencial.
Don Álvaro ni se descubrió ni se levantó. Lo noto la “Alcaldesa” y lo dijo a su marido que inmediatamente mando a su alguacil para que Don Álvaro compareciera a su presencia. Contesto este en malas formas, añadiendo frases gravemente injuriosas para el Alcalde Mayor, quien irritado le mando llevar a su aposento; Torres ni tímido ni cobarde, resistió a los golillas, promoviese un gran escándalo, pasaron a relucir las espadas y Don Álvaro paso a refugiarse en el vestuario protegido por comediantas y comediantes.
Allí fue tomado preso y desde allí mismo conducido a la cárcel de Málaga, que se encontraba en la llamada plaza de las cuatro calles en unos antiguos baños árabes propiedad de la Iglesia.

Fuese del Teatro a la cárcel el irritado y soberbio Don Pedro de Olavarria, acompañado del escribano y alguacil. Este escribano consta que se llamaba Don Bartolomé Merquechor. Formo un proceso sin guardar pragmáticas ( máxima expresión de la "mayoría" del rey), ni esperar términos judiciales y en el interrogatorio del reo, este repitió las injurias, suponiéndose que alguna historia misteriosa debió relatar al Alcalde, quien aumentando su indignación, sin pararse en nada, ansiando solo vengarse de Don Álvaro dictó una sentencia de muerte. Inmediatamente mandó llamar al verdugo, que entonces lo tenía la ciudad para cuya manutención se cobraban arbitrios especiales y le dio la orden de que antes del amanecer era preciso que Don Álvaro fuese muerto, decapitándolo dentro de la misma prisión. Igual instrucciones transmitió al Alcaide de la cárcel.

Hallábase la cárcel en la plaza de las cuatro calles, que en el día de hoy se llama de la Constitución y que ha tenido por ciertos más nombres que casas. Ocupaba el sitio donde actualmente se emplaza el Pasaje de Heredia, en las casas que se llamaban de Monterroso. Al amanecer del día siguiente vieron con asombro colgada de una escarpia la cabeza del joven Don Álvaro, sentenciado de un modo tan irregular por el Alcalde Mayor Don Pedro de Olavarria.

La indignación de los malagueños fue tan inmensa, pero todos se limitaban a murmurar en voz baja, acobardado por la autoridad que Don Pedro ejercía, el carácter arbitrario y aparecer el crimen con la máscara de sentencia judicial dada en forma ante el escribano correspondiente.

Don Alvaro era huérfano y se hallaba en casa de una tía suya, dama de la primera nobleza de Málaga, cuyo nombre era Doña Sancha de Lara y Ugarte-Barrientos. Al saber esta la infamia cometida alzo su voz contra el ejecutor y secando su llanto, sin perder días, marchó a la Corte, arrojóse a los pies del Rey Felipe IV, y demandó justicia contra su Alcalde Mayor.

El soberano no fue sordo a su ruego, asombrose del acto inaudito realizado y firmo una orden nombrando un Alcalde extraordinario que viniese a Málaga, detuviese y procesase al cruel Olavarria, con facultades para fallar la casa y con autorización para que el castigo resultase pronto y ejemplar.

Apenas llego el Alcalde extraordinario hizo, llevar a su presencia a Don Pedro de Olavarria a quien interrogo como igualmente a Morquecho, al Alcayde, al verdugo y a cuantos intervinieron en el trágico suceso.

En la misma reja donde vieron los malagueños la cabeza ensangrentada de Don Álvaro de Torres se colocó la de Don Pedro Olavarria y a su lado un cartel donde se mandó escribir:

<<Esta es Justicia que el Rey Don Felipe IV manda hacer contra los que abusan de su autoridad>>

Doña Sancha de Lara vivía en la Plaza que se llamó de la Marquesa y actualmente del Obispo, en un caserón grande, en cuya puerta de piedra se veían siete bultos o cabezas. El vulgo, agigantando lo hechos, señaló a las nuevas generaciones esas siete cabezas, como las siete personas que intervinieron en el suceso. Se aseguró que no fue solo decapitado el Alcalde Mayor, sino también el escribano Don Bartolomé Morquecho, el oficial que escribió la causa, el Alcayde de la cárcel, el verdugo y su ayudante. Total, seis, y Don Álvaro siete.

Las investigaciones que hemos hecho en los archivos, solo comprueban la decapitación del Alcalde Mayor Don Pedro de Olavarria, y es más, resulta que el escribano Morquecho falleció meses después, sin que la partida nada diga de que fuese ejecutado.

No obstante durante mucho años los malagueños llamaron a esa casa  la casa de las << Siete Cabezas>> y señalaron las cabezas de piedra del portalón, asignándoles a cada una un nombre y un lugar en la tragedia de la Plaza de las Cuatro Calles. Ilustres historiadores incurren en el mismo error.

La casa se derribó a mediados del Siglo XIX, pero los trezos del portalón se conservaron, uno de los cuales figura en el Museo de la Academia de Declamación. Examinándose detenidamente se ve que reproducen bustos de personajes romanos y no del siglo XVII.

En los <<Avisos>> de Pellicer consta que Felipe IV indulto, a ruego de sus poderosos parientes, a Don Pedro de Olavarria, pero cuando la posta llego a Málaga se encontraba ya decapitado.

Una de las calles de nuestra ciudad, que está junto a las Atarazanas, lleva el nombre de Doña Sancha de Lara, como recuerdo de esta tragedia.

                           Málaga hacia el año 1650

 

 





domingo, 2 de octubre de 2016

HINS ASHAR



El jueves 29 de septiembre dentro de los encuentros culturales con Alma visitamos un pueblo de las alturas, IZNÁJAR, un pueblo que me pareció más hermoso de lo que yo imaginaba. Es un pueblo perfecto, de una blancura maravillosa, esta encalado hasta el frenesí y con un carácter secreto que recuerda los romances de García Lorca. Ese grupo de gente encantadora que son los amigos de Alma de la UMA, me acompañó durante la visita juntos fuimos hasta la Torre más alta, a 533 metros de altura y rodeado por el rio Genil y el arroyo de Priego.  Hay en esa torre un azulejo con un poema de Rafael Alberti que le dedicó en 1925 y dice así:


"Prisionero en esta torre, prisionero quedaría. / (Cuatro ventanas al viento). / -¿Quién grita hacia el norte, amiga? / -El río, que va revuelto. / (Ya tres ventanas al viento). / -¿Quién gime en el sur, amiga? -El aire, que va sin sueño. (Ya dos ventanas al viento). -¿Quién suspira al este, amiga?/ -Tú mismo, que vienes muerto. / (Y ya una ventana al viento). / -¿Quién llora al oeste, amiga?/ -Yo, que voy muerta a tu entierro. / ¡Por nada yo en esta torre / prisionero quedaría!".

Andar por estos alegres lugares en los que nunca antes había visitado me produce siempre ese estremecimiento propio de encontrarme en un lugar con una vasta historia.
Al regreso de Iznájar volviendo por los geométricos dibujos que se abren entre los olivos de la extraordinaria sierra cordobesa, no dejaba de pensar en el origen de las palabras árabes que nos mencionó la extraordinaria guía municipal que nos acompañó:
Hins ashar// Castillo alegre o pendenciero.




jueves, 19 de mayo de 2016

Un paseo por la Alameda Capitulo II

Todavía Málaga no dispone de una variedad de paseos que satisfága las diferentes estaciones y la variedad de gustos de los malagueños, no obstante ha finales del siglo XVIII las autoridades malagueñas deciden tirar las murallas y diseñar un paseo en el espacio que se había formado delante de ellas muy amplio de arena acumulada delante de estas murallas. Conciben transformar aquel espacio en un gran paseo público inspirado en las mejoras urbanas  que trajeron consigo el periodo conocido como de “la ilustración”.
Se le conoció en un principio como Salón de Bilbao y alli se ubicó lo mas granao de la sociedad burguesa malagueña. Se mudaron a vivir, los: los Loring, los Oruetas, los Oryazábal, los Rein, etc…,, y observamos cómo se había convertido en el espacio de paseo de los malagueños de todas las capas sociales.
La Alameda fue, además, el punto de referencia de los viajeros extranjeros, estos durante el siglo XIX recalaron en la ciudad y debido al atractivo del paseo arbolado y de la presencia en sus márgenes de los principales hoteles malagueños, se paseban por tan singular paseo.
Como dijo un experto de la época “este paseo es, el protagonista urbano del nacimiento de la moderna hostelería malagueña", ya que a principios del siglo XIX la gran novedad en el sector del alojamiento fueron las fondas, establecimientos de origen francés que, en aquellos momentos, representaban la modernidad y el confort. De hecho, varios hoteles se instalaron en antiguas casonas que habían pertenecido a familias principales. 

Era al caer la tarde  de un día oscuro y tormentoso el 27 de Octubre, el año: 1879, bajando para la Alameda desde el puente de Tetuán , encontramos a  Arturo, iba serio y preocupado pues había salido de casa hacia diez minutos después de haberle dado una mala contestación a su tía, “Mari la de la Conchita”,  era la hermana menor de su madre Josefa, vivía con ella desde que murió su padre, pues su madre los había abandonado cuando el tenía solo un año y se había marchado de Málaga, se había encargado de su educación su padre, un hombre muy preocupado por que fueran instruidos tanto el cómo sus hermanos.
Que buenos y excelentes recuerdos tenia de su padre, el primero se remontaba a la tarde del 25 de marzo del 1868 tenía Arturo solo cuatro años, pero se acordaba, como disfruto aquella tarde con su padre en la inauguración del asilo de las hermanitas de los pobres, que se había efectuado en la explaná de la estación de los andaluces.
 Pero al morir, su padre, ahora hacia un año justo, parece que el dinero que había dejado para la educación se había esfumado, menos mal que su tía “la Mari”, se hizo cargo de él y de sus cuatro hermanos, esto lo obligo a trabajar en aquello que le salía, estuvo una temporá de recadero en el muelle, después se dedicó a buscar trozos de material y con su amigo el Pati, el hijo de la goletera, que vivía en calle Peregrinos,  se lo vendían a los zapateros que tenían sus talleres en los portales del barrio y también se aventuraban a veces y se lo llevaban a los de la trinidad.

Su tía Mari era toda una institución en su calle, la calle más bulliciosa del barrio más castizo de Málaga-EL PERCHEL
No nació el Perchel como otros barrios de Málaga en los alrededores de una Iglesia o un convento, así que no tomo el nombre prestado de ellos, cosa que si hicieron, La Trinidad, Capuchinos, o Victoria. El nombre le vino espontaneo, más bien popular, porque fue la industria del secado del pescado que desde muy antiguo hizo famosa la zona, ya que se utilizaban palos y perchas para poner a secar el pescado el nombre le vino solo ,el barrio de los Percheles.
A veces estaban abiertas las tiendas hasta las tantas de la noche, y en las calles aledañas los vecinos sacaban las sillas a la puerta para tomar el fresco en verano; esto era como un pueblo, todos se conocían, y aunque era un barrio principalmente de pescadores, era uno de los más bonitos de Málaga, y su calle la más famosa y elegante del barrio, la calle “Ancha del Carmen”; como se lo pasaba en las velaillas del Carmen, cuando su calle se llenaba de puestos y vendedores ambulantes, esos días disfrutaba como un enano, junto a su pandilla, persiguiendo a la niñas, por calle Peregrinos, por la plaza Ortigosa, por San Jacinto y Santa Rosa, y en ocasiones llegaban hasta la escalera del puente, de pequeño  nunca se habían aventurado a ir más allá, bebían agua en la fuente la Olla, que estaba tan fresquita y se volvían de nuevo a su calle, tenía Arturo ya 15 años y trabajaba, o podríamos decir que  más bien se buscaba las habichuelas como a él le gustaba decir, desde los 12 años que fue el tiempo el que cual su padre había muerto aprendió Arturo a leer y escribir a muy temprana edad ocho años, su padre y sus tía la Mari, junto con su abuelo Miguel, se habían preocupado desde siempre a que aprendiera a leer y a escribir le habían dicho lo importante que era para poder labrase un futuro estable , y con este fin le habían puesto en el colegio de San Gabriel y había estudiado hasta idiomas y contabilidad, esto no era normal entre los chicos del barrio, pero estas circunstancias de su educación no le habían cambiado, él estaba tan orgulloso de su barrio desde el día que su abuelo le leyó del Quijote un libro muy gordo que tenía en casa que había escrito un tal Cervantes, que hablaba del Perchel su barrio, (en el Capítulo Tercero:  titulado La Vela de las Armas), y de cómo era la gente allí, eso le hizo querer más a su barrio y a sus gentes.

Había  algunos personajes en el barrio a los cuales el les tenía una profunda admiración, en este grupo se encontraba,  Juanele el guapo, su tía la Mari, le había dicho cuando lo veía a su alrededor que como lo viera en otra ocasión se lo diría a su padre el Anastasio , que andar con esa gentuza no le traería nada bueno, que siempre andaba en peleas, cuando él le contestaba, que trabajaba en el mar en una jabega, ella siempre le decía que eran jabegotes del ocio, y de verdad que tenía razón, pues en cuantas ocasiones  cruzaba calle salitre y cuarteles sin que lo supiera nadie ya se guardaba el bien de que nadie se enterara y se iba al bulto a la playa, y allí estaba el Juanele a la sombra de una jabega varada jugándose el dinero que le había sacao a un gachó en la esquina de la nueva calle que estaba construyendo el que llamaban Marques de Larios, o  de alguna marrullería que había hecho en otro lugar.
Pero bueno…, como lo querían las faeneras de las pasas cuando, pasaban con sus portillos para ir a trabajar y el las piropeaba, con esa gracia sandunguera que tenía.
Que orgulloso estaba Arturo de su barrio, si señó el Perchel no era un barrio cualquiera, era el barrio más importante de Málaga para él.
Estaba impregnado de olores que salían cuando pasaba por la puerta de la confitería la Imperial, y cuando iba coger caramelos a la fábrica que estaba en calle cuarteles, incluso le habían dicho que en el barrio vivía un célebre escultor, Pepe Mena, que había hecho el Cristo que salía todas las semanas santas de la iglesia de santo domingo. 

jueves, 12 de mayo de 2016

La salud no tiene edad

La salud no tiene edad
Llego el día y a pesar de la lluvia pudimos disfrutar en un marco inmejorable como es la sala archivo del centro Cultural Mª Victoria Atencia en calle Ollerias, de una extraordinaria conferencia- "La Salud no tiene edad"-,impartida por el Doctor, humanista, columnista y escritor D. José Antonio Trujillo.
Comenzó dando datos objetivos y haciéndonos ver de que a pesar de que la media y calidad de vida a mejorado de una manera evidente, (la media ya se sitúa en el caso de las féminas en torno a los 80 años), ahora la relación medico paciente es más horizontal, las decisiones se toman de una forma más consensuadas, estas cada vez con más frecuencia se toman de una manera compartida.
Es decir que podemos decir que hemos ganado en salud, pero hemos perdido en la relación humanística médico paciente.
Esa empatia que coexsistia antaño entre ambos, se está perdiendo a pasos agigantados. Buena culpa en parte de ello la tienen las nuevas tecnologías, y este hecho nos ha llevado a una crisis de confianza muy importante.
Recalcó que la ciencia no es sólo el conocimiento sino abarca mucho más que eso. El Humanismo es imprescindible y necesario para aplicar ese conocimiento adquirido.
Mostró como estamos pasando de la consulta física a la virtual. En estos momentos estamos, de un 80% de la primera y un 20% de la segunda, a revertirlo en no mucho tiempo, es decir pasaremos  a 20% de la primera a un 80% de la segunda.
Hizo incapie es en el hecho de que estamos medicalizados,  es decir que vivimos en la era de la pastilla (ahora existe una pastilla para casi todo),y por estos hechos  nos animo a no abusar de los fármacos, a dejar los diagnósticos y control de las enfermedades en manos de los que saben.
En definitiva que la salud como todo en esta vida es algo para cuidar pero de no de  una manera obsesiva.
Hizo mención de las buenas repercusiones que tiene para la salud el socializarse esto es una excelente medicina para disfrutar de esta edad.
Curiosamente la adjetivan como tercera, pero es la mejor para disfrutar, pues el conocimiento adquirido a lo largo de los años nos hace más sabios, mas empaticos y mas Humanistas.
Debido a todos estos concluimos razonablemente seguros que la salud nunca va asociada a una etapa de la vida concreta y especifica.
LA SALUD NO TIENE EDAD

Alma de la UMA 12 DE Mayo del dosmil06

Cronica de una visita Celebrada


La ciudad de Baeza, fue declarada, junto a Úbeda,
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO,

el 3 de julio del 2003
16 de Abril:
Aunque el día amaneció un poco gris, nos garantizaba un recorrido espléndido por la CUIDAD DE BAEZA, monumental y acogedora y, ¡¡¡que suerte!!!! ….. con tantos medios de visitarla, como grupos formamos en función de nuestro cansancio o disposición.

Así que nos repartimos acoplándonos a nuestro medio itinerante, trencito, andando o, haciendo tantas paradas como lugares y rincones se encontraban llenos de encanto  y que además disponía de bancos para sentarse, descansar y contemplar. De esta manera, todos disfrutamos la posibilidad de recorrer y conocer una ciudad llena de monumentos, y por supuesto de Historia.
 ALGUNOS DATOS GENERALES
La ciudad se encuentra enclavada en el centro geográfico de la provincia de Jaén, en un  lugar dominante de la Comarca de La Loma. Este promontorio natural, por encima de los 750 m., domina el valle del Guadalquivir, que discurre a corta distancia, y la riqueza de sus tierras, ha posibilitado la ocupación humana desde tiempos prehistóricos.
Su actividad económica principal es la agrícola ligada al cultivo del olivo, así como a su industria oleícola, si bien el turismo monumental ha desarrollado la actividad de hostelería.
En el año 2006 contaba con 16.056 habitantes. Su extensión superficial es de 193 km² y tiene una densidad de 83,19 hab/km
MONUMENTOS
Antigua Universidad e Iglesia de San Juan Evangelista
Edificio del S.XVII con fachada de estilo manierista, que alberga un relieve de la Santísima Trinidad. Tiene un hermoso patio en el que se encuentra un monumento a Antonio Machado que entre los años 1912 a 1919 impartió clase de gramática francesa en esta universidad. Es visitable el Aula de Machado y Paraninfo de la Universidad.
Santa Iglesia Catedral
Fue construida sobre los restos de una antigua mezquita y desde entonces ha sufrido numerosas transformaciones arquitectónicas. La Puerta del Perdón, que data del siglo XV, es de estilo gótico mientras que la fachada principal es de estilo renacentista. En su interior destacan las rejas, obras del maestro Bartolomé, el púlpito realizado en hierro forjado, y el retablo mayor, de estilo barroco.
Palacio de Jabalquinto

Sede de la Universidad Internacional Antonio Machado
El Palacio pertenece al estilo gótico isabelino (s. XV). Su fachada, decorada con puntas de diamante, clavos y escudos, está coronada por una galería renacentista y en su interior, destaca un sobrio patio renacentista con dos pisos de galerías y una escalera monumental barroca


Iglesia de Santa Cruz
Se trata de una de las escasas iglesias de estilo románico en Andalucía. Fue construida en el siglo XII y su portada sur posee características salmantinas. Cuenta con una ábside semicircular y cabecera con medio cañón, y conserva un arco de herradura visigodo en su interior. Destacan sus pinturas murales de finales del siglo XV y principios del XVI.



Antiguo Seminario San Felipe Neri
 
Fundado como seminario en 1660 por el obispo de Jaén Fernando Andrade de Castro dejó de utilizarse para la finalidad concebida en 1969. Del exterior destaca la portada y del interior un patio con recias columnas toscanas y doble arquería. Hoy alberga la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.

Casas Consistoriales AltasComenzó sus funciones como sede del Concejo en 1511. Cuenta con una fachada de estilo gótico florido portando los escudos de Doña Juana “la Loca” y Don Felipe “el Hermoso”.



Antiguas Carnicerías

Monumento de arquitectura civil construido en 1547 (s. XVI). Cumplió la función de matadero público hasta la segunda mitad del siglo XX. En el piso inferior hay una puerta adintelada y tres ventanas con rejas; a la derecha el escudo del corregidor y a la izquierda el de la ciudad. El cuerpo superior sería probablemente un secadero de pieles. Lo corona un imponente escudo imperial de Carlos I.

Audiencia Civil y Escribanías Públicas
Antigua Audiencia Civil y Escribanías cuenta con una magnífica fachada plateresca del siglo XVI. Hoy está dedicada a Oficina de Turismo.
Después de nuestra culta andadura,  nos fuimos reuniendo en torno a una cervecita fresca para “recuperarnos” del esfuerzo, mientras  nos apurábamos en terminar con las compras típicas, fundamentalmente los famosos VIROLOS, y como no, el exquisito aceite de oliva.
Tras el almuerzo, emprendimos el viaje de regreso a Málaga, jubilosos y amenizados por el coro propio donde reiteradamente entonábamos el “yo quiero un TBO……..papa.
 Articulo aportado por: Olimpia Liebana






                                                    

miércoles, 11 de mayo de 2016

Un Paseo por la Alameda. Capitulo I

" En ninguna ciudad de España he llegado a sentirme tan dichoso y a gusto como en Málaga".
Estas palabras las pronuncio el rey de los cuentos Hans Christian Andersen, después de visitar casi toda España.

Esta pasión que me inculcaron desde pequeño por esta bella ciudad me ha llevado a escribir un breve relato en el cual el principal protagonista es Málaga.
Lo voy a desgranar por capítulos en este blog de Alma de la UMA, y lo escribo y publico con el ánimo y el deseo de ayudar a conocer un poco mas esta bella ciudad, como era y cómo se vivía en el tercer tercio del siglo XIX.
Lo que si quisiera dejar muy claro es el hecho de que este relato es ficción, 
Y aunque para desarrollarlo me valga de personajes y situaciones reales, las he traslapado en el tiempo y me he encargado de juntar fechas y situaciones para hacer que ocurran, en un mismo tiempo y en un mismo lugar.
Es por esa razón que este relato es, pura ficción.
Una cosa es totalmente cierta, la fecha del comienzo y los acontecimientos atmosféricos que se producen, son reales y el personaje Arturo se corresponde con la edad que tendría en ese tiempo Arturo Reyes, nuestro insigne paisano y poeta.


Málaga en el último tercio del Siglo XIX:     
Ferreria La Constancia 1834
Es apropiado que para situarnos en el contexto de nuestra historia, entendamos cómo discurría  la vida en Málaga a finales del siglo XIX.
 En los comienzos de siglo y hasta mediados  de los años 1850 son años para la expansión de la industria, y el comercio en Málaga, se crean siderurgias,  manufacturas y textiles que hacen que sea entre todas las ciudades españolas  sin temor a equivocarnos, una de las que más había progresado a nivel industrial, hasta el punto de situarla como primera ciudad industrial de España.
Hasta esas fechas, se establecen en  Málaga, empresas y familias que la proveen  de un empaque y prestigio, que la hacen  de hecho situarse entre las más industrializadas de España. 
Su excelente ubicación, su puerto marítimo, su extraordinario clima, y sus muchas virtudes habían logrado  en aquellas fechas que multitud de personajes importantes alabaran y hablaran de ella como una de la más extraordinarias  ciudades del país.
Está Málaga llena de edificios, calles y paseos, que le dan un empaque que hace que la sociedad elegante de aquellos años, (segunda mitad del XIX) se sienta, muy orgullosa de ella.
Multitud de familias de alta alcurnia tanto inglesas como españolas ya se han establecidos en la ciudad y casan a sus hijos e hijas con lo más granado de las familias de la alta sociedad malagueña.
La familia Heredia, los Loring, los Larios, el marqués de Salamanca, los Scholtz, los Krauel, la familia  Souvirón,  etc.
Esta prosperidad emergente se reflejaba en resto de la población, los habitantes de los barrios malagueños especialmente los que vivían en los percheles y la trinidad, podían acceder con facilidad a los innumerables puestos de trabajo que se habían creado desde principio de siglo.
Llega a las familias malagueñas, los periódicos es decir la prensa, una actividad empresarial en emergencia, esto hacía que aquellos de la población que sabían leer y escribir estuvieran al tanto de los acontecimientos que ocurrían, no solo en Málaga sino en toda España.
La Bandera Liberal, El Avisador Malagueño, El Monstruo, Punto y Coma, la  Etcetera, La Gaceta Popular, el rotativo La Luz,  la Unión Mercantil, El noticiero Malagueño, El Correo de Andalucía, son algunos de los diarios semanarios y revistas que circulaban por la ciudad en aquellos años, dando a conocer los acontecimientos que se están desarrollando en el país.

 Entre estos encontramos en aquellos días del 1879, el enlace Real de su Majestad el Rey Alfonso XXII, con S.A.R. la Archiduquesa María Cristina de Austria, este regio acontecimiento propició, el indulto para miles de presos a lo largo y ancho del país, así como, la concesión  de numerosos premios literarios y académicos, que hicieron que muchos súbditos del reino de España se beneficiaran y nuestra querida Málaga no iba a ser menos.

Así que estas eran las circunstancia en medio de las cuales vivía nuestro protagonista el genial pero indomable Arturo.
Málaga 11 de Mayo del Dos mil 16